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Figura 2 a 4. Flores deformadas por el daño del ácaro de la yema, Aceria sheldoni en limonero (Fotografía de archivo Biocea).
(Figura 5). En época de floración, es posible observar más graves resultando en un fruto totalmente deforme.
individuos móviles y huevos entre el sépalo de la flor
y los pétalos. En ramillas causa brotes de crecimiento en roseta,
entrenudos más cortos, grosor anormal, aplanamiento
Los daños también se expresan en abscisión y caída y/o enrollamiento. En las yemas se distingue necrosis
de flores y frutos, reduciendo la carga frutal del árbol, parcial o total de tejidos a nivel de brácteas y primordios,
probablemente causado por una disminución de las (Figura 6) que a su vez originarán flores y hojas deficientes.
auxinas y otras anomalías bioquímicas, provocadas por Ataques severos pueden contribuir a una pérdida de
la infestación de las yemas (Phillips y Walker, 1997). agua en la fruta, reduciendo su tamaño y provocando la
caída de éstos, según indica Olivares et al. (2008).
La deformación en hojas usualmente se expresa con una
hendidura en el ápice, encarrujamiento y menor tamaño. El ácaro de la yema puede dispersarse fácilmente dentro
En frutos, la deformación puede variar presentándose y entre árboles mediante el viento, herramientas y
daños leves como causar un engrosamiento de la piel o trabajadores agrícolas (Olivares et al., 2008).
Figura 5. Daño de ácaro de la yema en fruto cítrico. Figura 6. Áreas necróticas en primordios al interior de yemas causados por la
alimentación del ácaro de la yema Aceria sheldoni en limonero (Fotografía de
archivo Biocea).
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REVISTA DE CITRICULTURA 1 (1). 2020.