La Comisión de Comercio de la UE se traslada al país austral para exigir la norma del tratamiento en frío que evita la propagación de plagas en vísperas de la campaña 2022/2023.
La Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, del que forman parte diversos grupos políticos, volvió ayer de Sudáfrica tras realizar una visita al país austral con vistas a exigir el Gobierno de esta nación que cumpla el protocolo que impuso la Comisión Europea para que los exportadores citrícolas envíen sus agrios al viejo continente en contenedores refrigerados ('cold treatment'). Esta medida resulta clave para evitar la posible propagación de plagas como la 'falsa polilla' procedente de Sudáfrica en las explotaciones naranjeras de España.
Según la eurodiputada del PSPV-PSOE en el Europarlamento Inmaculada Rodríguez-Piñero, quien se ha reunido con el Ministro de Comercio, Industria y Competencia de Sudáfrica, Ebrahim Patel, "estas misiones se realizan para fortalecer la relaciones entre la UE y Sudáfrica, aunque también para fiscalizar un acuerdo del que es necesario advertir a Sudáfrica que debe cumplir la normas fitosanitarias, resolver sus reticencias y garantizar así las normas comerciales pactadas con la Comisión Europea", asegura en declaraciones a Levante-EMV Inmaculada Rodríguez-Piñero.
La representación de dirigentes políticos en aquella lejana nación ha hablado de innovación, cooperación y materia primas con los representantes del Gobierno de Sudáfrica. Sea como fuere, el ámbito de los cítricos preocupa y acapara la atención del amplio acuerdo comercial Sudáfrica-UE ya que las exportaciones de naranjas se elevan a unas 400.000 toneladas por temporada y según la patronal sudafricana del sector esta obligación del 'cold treatment' les supone un coste extra de 100 millones de euros.
"El pacto comercial preocupa de lleno a la comunidad de países del sur de África. Están preocupados -.explica Rodríguez-Piñero- y dicen que es proteccionista para poner barreras comerciales, aunque no es así. Es una medida fitosanitaria basada en datos científicos, pues en 2018 se detectó por primera vez la ‘falsa polilla’ y se han hecho numerosas interceptaciones en los puertos. Por eso hemos planteamos medidas más restrictivas y no podemos ceder porque se deben cumplir las reglas de juego", aclara la eurodiputada valenciana.
Preocupaciones del 'lobby' sudafricano
Según fuentes de Citrus Growers'Association of Southern Africa, en vísperas de que arranque la campaña citrícola 2022/2023, el aumento de los precios de los insumos agrícolas y de los costes de transporte, así como las "subidas astronómicas de los precios del transporte marítimo, hacen que el coste de llevar la fruta al mercado fuera comercialmente sea inviable para muchos productores". En su opinión, la introducción de la nueva normativa sobre la 'falsa polilla' (FCM), "injustificada y discriminatoria" aprobada por la Unión Europea a mediados de la temporada, el continuo deterioro de las infraestructuras públicas y un suministro eléctrico irregular ponen en riesgo el futuro del sector.
"Esta misión es muy importante porque la Comisión de Comercio realiza cuatro inspecciones al año, lo que permite poner en el foco los cítricos en la estrategia de la Unión Europea, que muestra su disposición a colaborar con el Gobierno de Sudáfrica", destaca Rodríguez-Piñero. Las exportaciones de cítricos de Sudáfrica a la UE representan 1.700 millones de euros de negocio para el sector naranjero de este país sudafricano, siendo su mercado más importante. De ahí la preocupación y beligerancia tanto de los empresarios como del Gobierno del citado país.
Fuente: levante-emv.com