Son postres originales de la naturaleza. Y las frutas naturalmente dulces son esenciales para proteger nuestro cuerpo de las enfermedades.
Comer al menos de una taza y media a dos de diversas frutas todos los días puede aumentar la actividad antioxidante. Las frutas son particularmente abundantes en compuestos antiinflamatorios, que son importantes para proteger nuestro cuerpo de enfermedades cardíacas, diabetes y ciertas formas de cáncer y enfermedades intestinales.
¿Cómo incluir suficientes frutas saludables en su dieta? Una estrategia es comer según las estaciones, eligiendo uvas y frutas de hueso en verano, manzanas y peras en otoño, caquis y granadas en invierno, y cítricos y cerezas en primavera.
Si bien todas las frutas tienden a ser ricas en nutrientes que protegen contra las enfermedades, algunas han recibido especial atención en el mundo de la nutrición por sus beneficios antiinflamatorios.
Bayas. Desde fresas y moras hasta arándanos y arándanos, estas frutas parecidas a gemas son particularmente potentes en actividad antioxidante y antiinflamatoria. Junto con la fibra y la vitamina C, las bayas poseen fitoquímicos pigmentos vegetales, como las antocianinas y el ácido elágico, que pueden estar detrás de sus beneficios para la salud. Los estudios han relacionado un mayor consumo de bayas con menores riesgos de enfermedades cardíacas, enfermedad de Alzheimer y diabetes.
Manzanas. Quizás sea cierto lo que dicen de una manzana al día. Un estudio de casi 35.000 mujeres encontró que el consumo de esta fruta, junto con su pariente, las peras, estaba relacionado con un menor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca. Los componentes estrella de las manzanas (fibra, vitamina C, pectina y polifenoles) se han asociado, principalmente en estudios con animales, con efectos antiinflamatorios y un aumento de microbios beneficiosos en el intestino.
Frutas de hueso. Las cerezas, los melocotones, los albaricoques y las ciruelas son ejemplos de frutas con hueso. Estas frutas contienen fibra, vitamina C, potasio y una variedad de fitoquímicos asociados con sus colores. Por ejemplo, las cerezas han acaparado la mayor parte de la investigación entre las frutas de hueso. Algunos estudios sugieren que las cerezas pueden reducir el dolor y las molestias después del ejercicio, así como un riesgo reducido de ataques de gota. Los altos niveles de compuestos fenólicos en las cerezas, que se han relacionado con una reducción de la inflamación, pueden estar detrás de esos beneficios.
Agrios. Las naranjas, los pomelos, los limones y las limas son famosos por su riqueza en vitamina C. También contienen fibra, potasio, calcio, vitamina B, cobre y fitoquímicos antiinflamatorios como flavonoides y carotenoides. Aunque hay poca investigación en humanos sobre los cítricos, los nutrientes que se encuentran en los cítricos se han asociado con efectos protectores del corazón.
Granadas. Esas pequeñas semillas de granada contienen grandes cantidades de vitaminas C y K, potasio, fibra y potentes fitoquímicos como antocianina y resveratrol. Estos nutrientes pueden estar detrás de los posibles beneficios de comer granadas.
Uvas. Estas suculentas frutas están repletas de fibra, vitaminas C y K y potentes fitoquímicos.
Fuente: https://www.health.harvard.edu/