La proyección de un Niño moderado lleva a que los expertos pronostiquen que si bien estos eventos se podrían presentar, serían de intensidad y cantidad menor que el año pasado.
Aunque el principal impacto climático del año pasado fueron el granizo y la sequía, las heladas también estuvieron presentes y, tanto por duración como por intensidad, provocaron importantes pérdidas a los productores agroalimentarios de distintas zonas del país, como en el Maule.
La buena noticia es que este año todo indica que las heladas no tendrían el peso del año pasado. Lo anterior porque el fenómeno de El Niño, que a la fecha se proyecta como moderado, implicará temperaturas más altas de las promedio para los meses de mayo, junio y julio, lo que disminuiría el riesgo de olas de frío intenso.
''Si la temperatura promedio en un año normal en el mes de mayo son 22 grados, puede que este tengamos 24'', explica Leonel Fernández, jefe del área climática de la Fundación para el Desarrollo Frutícola (FDF).
El especialista insiste en que ''este invierno, dadas las características de El Niño -que implica lluvias y, más humedad en el ambiente-, no debiéramos tener un invierno parecido en número de heladas ni en duración como el año pasado''.
Eso no significa que haya ausencia absoluta de eventos de esta naturaleza, sino que ellos se podrían presentar en las zonas donde habitualmente ocurren, como por ejemplo, Huechún o Colina, en la Región Metropolitana; Graneros, San Francisco de Mostazal o Punta Cortés, en la Región de O'Higgins; en Longaví y en Yerbas Buenas, en el Maule.
El análisis de los modelos predictivos lleva a los expertos a anticipar que desde mediados de mayo a junio, de La Serena al sur, las máximas podrían ser levemente superiores, pero las temperaturas mínimas estarán bajo lo normal, excepto en las regiones de Aysén y Magallanes, por lo que las heladas podrían ocurrir de Chillán hasta Puerto Montt.
En estas zonas el pronóstico es que las mañanas estarán uno o dos grados más frías lo que podría generar más heladas de tipo radiativa, es decir de pérdida de calor a nivel del suelo.
Esto sería consecuencia de un Niño en declinación. ''En términos globales lo que trajo consigo este Niño es, particularmente que las mañanas estarán más frías, pero las máximas estarán dentro del rango normal y en algunas partes, más hacia el sur, sobre lo normal'', plantea Luis Morales, doctor en Ciencias Ambientales y profesor en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile.
Las zonas con mayor riesgo serían los valles y, de ocurrir en zonas costeras, las heladas serán muy suaves.
Niño débil
El año pasado fue un año marcado por el fenómeno de La Niña, cuya característica principal son las bajas temperaturas.
Si bien el pronóstico para este año es de presencia de El Niño, fenómeno que trae consigo un aumento en las precipitaciones, Luis Morales explica que todavía no se puede tener certeza de si se presentará, ya que para ello se requiere que la temperatura de la superficie del mar ascienda al menos un grado, y a la fecha solo lo ha hecho en 0,8 grados.
Carlos Gana, consultor en agroclima, explica que, a la fecha, si bien la temperatura del mar ha aumentado, no están las condiciones para que ese aumento sea consistente y sostenido en el tiempo.
Todo ello es lo que lleva a los especialistas a pronosticar que este sería un año normal o de Niño moderado, lo que podría implicar que las precipitaciones estarían dentro de parámetros normales.
Así, por ejemplo, en la zona central, entre las regiones de Valparaíso y Maule, de acuerdo con las proyecciones que hasta ahora maneja Morales, habría probabilidades de hasta 50% de lluvias. Es decir, ninguna certeza ni de lluvias ni de heladas.
Ante la poca seguridad, la recomendación de los expertos es mantenerse informado diariamente de cómo viene el clima y eso cruzarlo con la información histórica, de lo que ha ocurrido en la zona, lo que permitiría prever y tomar medidas en caso de caídas importantes de la temperatura, para evitar daños a los cultivos, los que sufrirán más o menos, dependiendo de su estado de desarrollo y del tipo de helada que eventualmente se presente.
Los especialistas insisten en que el pronóstico debe ser lo más acotado posible en el tiempo, pues a mayor cantidad de días, menos precisión. Por ello el consejo es de proyectar el clima no más allá de 15 días, e idealmente no más de 7.
Fuente: Revista del Campo