El Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) podrá evaluar las fincas de cítricos para fiscalizar las acciones en contra del “dragón amarillo”.
Dicha plaga, conocida como Huanglongbing (HLB), proviene de una bacteria y tiene una importancia económica y cuarentenaria para el país.
En este sentido, el SFE publicó un reglamento donde se establecen las reglas claras para los propietarios de plantaciones.
El reglamento dota de investidura de autoridad fitosanitaria a funcionarios de la Dirección de Extensión Agrícola y del INTA, del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), que determine el SFE para que se sumen a la investigación, control y manejo de la plaga y su control.
“Los propietarios u ocupantes de fincas, predios o traspatios, en general que cuenten con cítricos u hospedantes alternos tanto del vector como de la plaga, deberán permitir el libre acceso a los funcionarios del Servicio Fitosanitario del Estado, sus materiales y sus equipos debidamente identificados, para ejecutar las acciones fitosanitarias como inspecciones, evaluación, toma de muestras, erradicación de árboles en abandono y árboles con presencia de HLB y su vector”, detalla el reglamento.
La norma menciona que todas las plantas con diagnóstico positivo para HLB en semilleros, viveros, bancos de yemas, banco de germoplasma, traspatio, plantaciones comerciales y no comerciales de cítricos u hospedantes alternos de la plaga deben ser destruidos conforme a las disposiciones técnicas que establezca el Fitosanitario.
Además, se deberá aplicar un insecticida específico contra el vector en los árboles cortados, así como en los árboles circundantes. Todos los árboles de cítricos diagnosticados con HLB encontrados en las plantaciones, predios, traspatios o perímetros de carretera serán erradicados.
La enfermedad se disemina a través de un insecto vector que, al trasladarse de un árbol a otro, ya sea por el vuelo o con ayuda del viento, provoca la diseminación de la enfermedad en la plantación.
Los síntomas característicos en las plantas son hojas con manchas de un verde más claro, engrosamiento de las venas, amarillamiento de las ramas, frutos deformes, semillas atrofiadas, y con ello la muerte productiva de las plantas en un período máximo de ocho años, dependiendo de la edad y condiciones de cultivo
Fuente: Diario Extra de Costa Rica